Concientización de las artes marciales

Después de más de 20 años de práctica activa del Taekwon-Do, he tenido que padecer cierto tipo de discriminación o prejuzgamiento.

El Taekwon-Do al ser un arte marcial creada para el combate, crea el estigma de que quien lo practica es un combatiente, un luchador, lo que no es falso, de hecho es eso pero mucho más aún.

Quién practica esta disciplina por lo general adquiere conocimientos que le permitirían defenderse en una situación violenta pero no necesariamente convierte a esta persona en violenta. Ese es precisamente el prejuicio que existe con respecto a quienes practicamos un arte marcial. Somos comparados con practicantes de disciplinas como el boxeo, el full contact que si bien les da destrezas combativas, no tienen el componente espiritual ni los principios que nos rigen, que en el caso del Taekwon-Do están muy claros y definidos en sus cinco principios.

  • Cortesía
  • Integridad
  • Perseverancia
  • Auto-Control
  • Espíritu Indómito.

Destrezas

 Cuando uno adquiere los conocimientos o las herramientas que permiten dañar a alguien y lo puede comprobar en una lucha de torneo o en una rotura, y puede ver su propio potencial destructivo en sus manos, también adquiere la conciencia de que este poder no puede ser utilizado libremente, es así que sabiendo que de un solo golpe uno es capaz de lastimar seriamente a otro, que uno trata de no tener que utilizar ese conocimiento de manera injustificada.

 Ver como una o varias maderas son destrozadas utilizando la técnica correcta, nos da una idea del poder que podemos desarrollar en un golpe, y si eso podemos hacer con una mano, poco cuesta imaginar el nivel de energía que se puede desarrollar en una técnica ejecutada correctamente con los pies.

 Es entonces que un practicante debe saber en qué situación debe desarrollar estas técnicas.

 Un practicante, no sólo aprende técnicas destructivas (por decirlo de alguna manera) también aprende a ver o a prever situaciones que pueden derivar en una situación de inseguridad y es acá donde se debe poner el foco, en evitar llegar a situaciones donde sea la utilización de estas fuerzas la única opción que nos quede.

 Campo visual ampliado

 Cuando uno practica en clase situaciones de lucha con varios oponentes o técnicas de contacto a distintos elementos de práctica dispuestos de manera distribuida alrededor de uno, va adquiriendo la destreza de poder ver o prestar atención a distintos puntos visuales al mismo tiempo, sin necesidad de tener que estar prestando atención a un único punto, esto nos permite ver cosas o situaciones que sin esta práctica no seríamos capaces de hacer.

Desarrollo de reflejos

Muchas veces los ejercicios incluyen situaciones donde el practicante no sabe qué va a ocurrir exactamente, este tipo de ejercicios nos prepara a esperar acciones azarosas. Esto sumado al tipo de ejercicios del punto anterior nos prepara a estar más atentos a los cambios del entorno.

Mejoras en la audición

 Como en el punto anterior, también el oído es un gran sentido que permite “ver” sin mirar. Con las mismas situaciones de práctica del punto anterior aprendemos a prestarle más atención a los sonidos, un roce de ropa, un ruido de pasos, una respiración fuerte son señales de movimiento. Podemos sumar el desarrollo de esta “visión” a la práctica que se suele hacer con los ojos vendados.

 Manejo de armas

 Si bien el Taekwon-Do es un arte marcial que no utiliza armas, la utilización en clases de ellas nos prepara a conocerlas y a saber cuáles son nuestros límites a la hora de enfrentarnos a un atacante armado.
La práctica con ellas, como atacante o como defensor, nos prepara para la situación límite dónde ya no queda otra opción que defender con nuestra vida, la vida de quienes queremos.

 Prevención

 Si somos conscientes a la hora de practicar estos ejercicios, los tomamos seriamente, por más inocentes que parezcan, la repetición de los mismos nos creará el reflejo de actuar sin necesidad de pensar “qué es lo que debo hacer en caso de…”. Como toda técnica, la perfección deviene de la repetición, el cuerpo aprende a hacer algo de la misma manera que cuando aprendemos a andar en bicicleta o a conducir un vehículo, no tenemos que detenernos a pensar (tengo que pedalear, etc.), sino que el propio cuerpo inconsciente sabe que debe hacer en determinadas situaciones.

 Si además, uno aprende a ver las situaciones antes de que ocurran, es capaz de utilizar el Taekwon-Do de una manera preventiva.

 Conclusiones

 Visión Personal

 El Taekwon-Do es una forma de vida, no sólo es un sistema de lucha o defensa, es una forma de pensar y ver las cosas cotidianas, valores como la humildad y la justicia se forjan de la mano del entrenamiento físico y mental.

 Siempre queda la opción de utilizar lo aprendido en caso de extrema necesidad y recalco extrema como una situación de riesgo de vida, de uno mismo, pero más que nada de nuestros seres queridos. Utilizar la “fuerza” solo si un hijo, hija o alguien muy cercano corra riesgo de morir, no sin antes agotar todas las opciones posibles de evitar a llegar a esa situación.

 Todo esto fue una forma de mostrar que el Taekwon-Do no es sólo luchar o romper tablas y está mucho más allá de crear personas violentas y ese es el punto que me llevó a escribir sobre esto.

 En mi vida he pasado por situaciones en las cuales, por ser un practicante de Taekwon-Do, otras personas se han aferrado a eso para acusar de violencia, para decir tal persona en 4° Dan y tengo miedo de lo que me pueda hacer. A raíz de eso, se me impuso una orden de restricción que casi me cuesta poder acercarme a mis hijas, cosa que agradezco no haya pasado porque la jueza fue lo suficientemente pensante como para no hacerlo, pero claramente esa fue la intención por la cual me acusaron. Los profesionales de salud mental de la justicia, ante su desconocimiento, aconsejaron mantenerme alejado.

 Yo, en lo personal siento pasión por lo que hago y no es para mí una opción dejar de hacerlo. Prefiero bregar por que se difunda de manera más amplia que es lo que hace un taekwondista, que se conozca todo el ciclo de composición del Taekwon-Do.

 Personalmente me he encontrado haciendo Taekwon-Do en situaciones que nada tienen que ver con una clase o una lucha. He sentido el Taekwon-Do mientras acampaba, ayudando una persona desconocida en la calle, en una manifestación pacífica, etc.

  • También he utilizado el Taekwon-Do en situaciones de calle, viendo personas acercarse de manera sospechosa y evitando quedar en posición de inferioridad de condiciones.
  • Evitando un robo o entradera como le dicen ahora, a una vecina de mi edificio, con un atacante armado, pero evitando que se llegue a una situación más violenta aún.
  • Evitando que una persona me quiera agarrar, sin saber por qué motivo lo intentaría hacer, pero anticipando esa situación.

 Estos son sólo algunos ejemplos, pero en ninguno de ellos o fuera de ellos, jamás tuve necesidad de lastimar a nadie, lo cual me hace aún sentirme más satisfecho con mi propia práctica o mi propia versión del Taekwon-Do.

 Visión del Gral. Choi Hong-Hi

 Transcribo a continuación un fragmento de lo que el creador de Taekwon-Do sentía al respecto.

“Desarrollando una mente honrada y un cuerpo fuerte, adquiriremos la autoconfianza para estar siempre al lado de la justicia.
Nos uniremos con todos los hombres en una hermandad común sin mirar límites de religión, raza, nacionalidad ni ideología.
Nos dedicaremos a la construcción de una sociedad humana de paz completa en la cual la justicia, la moralidad, la confianza y el humanismo prevalezcan.” Gral. Choi Hong-Hi.